Érase una vez un gato llamado Millo, con cuerpo de color amarillo que un día, en una casita verde de cartón, a una mágica pata conoció.
Una pata muy singular que llamó mucho su atención, porque en cuanto su mirada felina en la suya se posó, se obró un milagro: la pata se convirtió en un guacamayo de vivos colores.
Otro mágico prodigio al mismo tiempo aconteció:las alas doradas de la pata convirtieron al gato Millo por arte de magia en un rojo calamar capaz de vivir bajo el mar como las sirenas, cuando se echó a volar, para soñar y viajar despierta,
¿Sabes por qué ocurrió ?
Las alas al aire libre de un guacamayo de colores saben que sumergirse en aguas azules, es el sueño que guardan los felinos en su verdes corazones.
Verdes corazones que al caer la noche en la sabana siempre juegan al ajedrez
con Enrico, el Tucán cuentacuentos de mi amiga Inés.
¡A la una!… ¡a las dos!… ¡a las tres!…: ¿Lo ves?
¡ No sabes qué fábulas tan bonitas canta y te canta Enrico el Tucán en los días donde el sol baila con la luna el verano azul!
El gato Millo, la mágica Pata, el guamayo de colores y el rojo calamar lo aplauden siempre sin parar.
No es de extrañar, pues todos se confiesan
de sus parábolas, incondicionales fans.
Y si ahora tú, tras escuchar mi cuento, sientes muchas ganas de aplaudir, ¡hazlo así!
Y colorín colorado viene,colorín colorado va, este cuento de veo veo ¿un felino? acabado está.
¡ Feliz día con mucha alegría felina ! ☀️❤️🐱
SOL ES AMOR 