Cada vez que siento
adentro de mi corazón
cómo un Céfiro azul,
me convida a bailar con él
el Swing , de Benny Goodman:
“Sing, Sing Sing”,
mi alma de centauro,
se siente inspirada
a tocar su tambor
bajo el halo encantador
de una aurora boreal,
para acompañar con música
la canción del pirata pelirrojo
que, hace tiempo…
en una una vida pasada…,
muy…, muy…lejana…,
sé que fui.
Un corsario
que siempre celebraba el comienzo
de un nuevo verano vital,
surcando mares abiertos
en su navío llamado:
“ Felicidad con alegría de vivir”,
como gesto de amor propio y de honra, hacia las refrescantes aguas
que le insuflaron aliento y vida,
bajo el encanto verde esmeralda
de la estrella polar
y de la rosa de los vientos.
Cada vez que siento
adentro de mi corazón
cómo un Céfiro azul,
me anima a escribir versos libres
con tinta japonesa rosa,
comprendo el porqué,
José de Espronceda y Joaquín Sabina
eligieron escribir,
en distintos momentos del tiempo,
una oda sentida
hacia la canción
y el navío del pirata
como lo hecho yo hoy.
Ellos,
en otra vida también fueron
pelirrojos bucaneros,
que en sus viajes hacia lo salvaje,
dibujaban rosas rosas
como mascarones de proa,
para venerar y respetar,
vestidos de sol,
el sonido del silencio
del mar y de sus propias aguas termales,
(© Sol García)
SOL ES AMOR 